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Nebulizador para niños: qué es, cómo se usa y cuándo es necesario

Un nebulizador es un dispositivo que convierte un medicamento líquido en un vapor fino que se puede inhalar por la boca o la nariz. Se utiliza para tratar enfermedades respiratorias que causan inflamación, obstrucción o secreción de las vías aéreas, como el asma, la bronquiolitis o la laringotraqueítis. En este artículo te explicamos qué es un nebulizador, cómo se usa y cuándo es necesario para los niños.

¿Qué es un nebulizador y cómo funciona?

Un nebulizador es una máquina que consta de un compresor, una manguera, una cámara de nebulización y una boquilla o una mascarilla. El compresor genera un flujo de aire que pasa por la manguera y llega a la cámara de nebulización, donde se coloca el medicamento líquido. El aire hace que el medicamento se convierta en pequeñas gotas que forman un vapor o una niebla. La boquilla o la mascarilla se ponen en la boca o la nariz del niño para que pueda inhalar el vapor con el medicamento.

El nebulizador permite que el medicamento llegue directamente a los pulmones y las vías respiratorias, donde ejerce su efecto terapéutico. Algunos de los medicamentos que se pueden administrar con un nebulizador son:

  • Broncodilatadores: son fármacos que relajan los músculos de las vías respiratorias y facilitan el paso del aire. El más usado es el albuterol.
  • Solución salina hipertónica: es una solución de agua con sal al 3% o al 7% que ayuda a fluidificar las secreciones y mejorar la función mucociliar.
  • Corticoides: son fármacos antiinflamatorios que reducen la hinchazón y la irritación de las vías respiratorias. El más usado es el budesonida.
  • Antibióticos: son fármacos que combaten las infecciones bacterianas. El más usado es el tobramicina.

¿Cómo se usa un nebulizador en los niños?

Para usar un nebulizador en los niños se deben seguir los siguientes pasos:

  • Lavar las manos antes de manipular el equipo y el medicamento.
  • Conectar el compresor a una toma de corriente y asegurarse de que funciona correctamente.
  • Ensamblar la manguera, la cámara de nebulización y la boquilla o la mascarilla según las instrucciones del fabricante.
  • Añadir el medicamento líquido a la cámara de nebulización con una jeringa o un gotero. Usar solo la cantidad y el tipo de medicamento indicados por el médico.
  • Colocar la boquilla o la mascarilla en la boca o la nariz del niño. Ajustar las correas si es necesario para que quede bien sujeta.
  • Encender el compresor y observar que sale el vapor por la boquilla o la mascarilla.
  • Instruir al niño para que respire normalmente por la boca o la nariz. Si usa boquilla, debe cerrar los labios alrededor de ella.
  • Continuar con el tratamiento hasta que se consuma todo el medicamento o hasta que ya no salga vapor. Esto puede durar entre 5 y 15 minutos, dependiendo del tipo y la cantidad de medicamento.
  • Apagar el compresor y desconectar la manguera, la cámara de nebulización y la boquilla o la mascarilla.
  • Lavar y secar todas las piezas del equipo después de cada uso. Seguir las recomendaciones del fabricante para su limpieza y desinfección.

¿Cuándo se necesita un nebulizador para los niños?

El uso de un nebulizador para los niños debe ser indicado por un médico, ya que no todos los casos requieren este tipo de tratamiento. Algunas de las situaciones en las que se puede necesitar un nebulizador son:

  • Asma: es una enfermedad crónica que provoca episodios recurrentes de dificultad para respirar, sibilancias, tos y opresión en el pecho debido a una inflamación y una contracción de las vías respiratorias. El asma se puede controlar con medicamentos inhalados que se pueden administrar con un nebulizador o con un inhalador de dosis medida con un espaciador. El nebulizador se suele usar en los casos de crisis asmáticas graves o cuando el niño no tolera el inhalador.
  • Bronquiolitis: es una infección viral que afecta a los bronquiolos, que son las ramificaciones más pequeñas de los bronquios. La bronquiolitis causa inflamación, obstrucción y secreción de los bronquiolos, lo que dificulta la respiración. La bronquiolitis se presenta sobre todo en bebés menores de 2 años y suele ser leve, pero en algunos casos puede requerir hospitalización. El tratamiento de la bronquiolitis se basa en medidas de soporte, como la hidratación, la oxigenoterapia y la fisioterapia respiratoria. El uso de nebulizadores con solución salina hipertónica se ha demostrado que mejora la oxigenación y reduce la duración de la hospitalización en algunos casos.
  • Laringotraqueítis: es una inflamación de la laringe y la tráquea causada por una infección viral. La laringotraqueítis produce tos perruna, ronquera, estridor (sonido agudo al respirar) y dificultad para respirar. La laringotraqueítis se puede tratar con medicamentos orales o inyectables, como corticoides y epinefrina. El uso de nebulizadores con epinefrina se ha mostrado eficaz para reducir el estridor y mejorar la respiración en los casos moderados a severos.

Conclusión

Un nebulizador es un dispositivo que permite administrar medicamentos inhalados a los niños con enfermedades respiratorias. El nebulizador convierte el medicamento líquido en un vapor que se inhala por la boca o la nariz. El nebulizador facilita que el medicamento llegue directamente a los pulmones y las vías respiratorias, donde ejerce su efecto terapéutico.

El uso de un nebulizador debe ser indicado por un médico, ya que no todos los casos lo necesitan. Algunas de las enfermedades que se pueden tratar con un nebulizador son el asma, la bronquiolitis y la laringotraqueítis. Estas enfermedades causan inflamación, obstrucción o secreción de las vías respiratorias, lo que dificulta la respiración y provoca tos.

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